El gobierno estatal inició el rescate del Laboratorio Ambiental Tamaulipas, un espacio relevante para el análisis de tierra y los cuerpos de agua en la entidad.
Hace 30 años, el laboratorio sentó un precedente, al ser un modelo a seguir por su equipamiento y disponibilidad de recursos para realizar estudios de alta calidad.
Lo único que queda es su personal, del cual 80 por ciento son mujeres en los laboratorios, lo demás se encuentra en ruinas y en condiciones de deterioro, debido al abandono del cual fue objeto por el gobierno anterior, el cual no aplicó un solo peso en el sitio.
Gracias al empeño y cuidado de las laboratoristas se conservan los matraces, pipotes y algunos otros materiales del laboratorio, pero el equipo se encuentra en deterioro ante la falta de mantenimiento.
El Laboratorio Ambiental Tamaulipas tenía capacidad para procesar hasta 500 pruebas, trabajando a 70 por ciento de su capacidad, y por las que obtenía ingresos por más de 10 millones de pesos anuales.
Ahora ya no se realizan pruebas y aún menos se obtienen ingresos propios para su sostenimiento.
A principios de junio, el Laboratorio Ambiental Tamaulipas cumplió 30 años, pero festejó en medio de zonas cubiertas de maleza, con grietas en sus muros y techos, sin energía eléctrica en algunas áreas, así como con vidrios rotos y enormes goteras, entre otras fallas.
El laboratorio Ambiental depende de la secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente y durante seis años no fue contemplado dentro del presupuesto de la dependencia para realizar mantenimiento, por lo cual buena parte del equipo no funciona.
Así, equipo con valor de cientos de miles de pesos, e incluso millones, se encuentra oxidado, aunado a la falta de materiales como reactivos, entre otros. Durante la pasada administración únicamente se realizaron 70 pruebas, en seis años, es decir no operaba.
Karl Heinz Becker Hernández, subsecretario de Medio Ambiente del Estado, mencionó que ante las condiciones en las cuales se encuentra el Laboratorio Ambiental Tamaulipas se requiere una inversión de por lo menos 30 millones de pesos para su rehabilitación.
Indicó que ante la necesidad de contar con el laboratorio para la implementación de medidas para enfrentar el cambio climático, es que se ha puesto en marcha un proyecto para su rescate y vuelva a funcionar a toda su capacidad.
Con ese propósito es que ya se ejercen dos millones de pesos para iniciar los trabajos de rehabilitación y reparaciones en techo, paredes, columnas y otros trabajos.
Con ello, sentarían las bases para que opere, a fin de que reinicie el análisis de las primeras muestras de agua, calidad del aire, emisiones y otros estudios.
“De manera paralela estamos tratando de recuperar la certificación con la Entidad Mexicana de Acreditación (EMA); es lo que más nos interesa en el corto plazo, para que de esa forma, entre en operatividad e inicie con el análisis de pruebas y el uso de los reactivos”, sostuvo.
La directora del Laboratorio, Blanca Isela Martínez Cuellar, señaló que por el estado en el que se encuentra el laboratorio, la EMA le suspendió el permiso para realizar el análisis de pruebas para valorar la calidad del agua.
En este sitio, propiedad del gobierno del estado y dependiente de la Seduma, se analizan tipos de agua residual, potable, superficial o de pozo, así como de suelos.
Las muestras que ingresan son de particulares, es decir, de vecinos de los alrededores donde se encuentra el laboratorio, que tienen pozos profundos para obtener agua, quienes llevan el líquido para que tras el análisis se determine la calidad; si es buena para riego, consumo de animales u otros usos.
Agregó que el laboratorio tenía acreditación de la EMA y la aprobación de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) para realizar análisis de la norma 001 y 002 para industrias.
Con la Conagua se han trabajado en proyectos binacionales, con el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua e incluso, la Comisión Internacional de Límites de Agua (CILA), entre Estados Unidos y México, indicó.
Blanca Isela Martínez insistió en que gran parte del equipo es obsoleto, prácticamente chatarra, por lo cual no es posible hacer los análisis de laboratorio como se requiere y se han dejado de hacer una serie de pruebas.
Añadió que dadas las condiciones en las que se encuentra, se requiere de una inversión de por lo menos 30 millones de pesos para su rehabilitación, así como efectuar los trabajos de mantenimiento necesarios a los equipos.
Inicialmente ha recibido recursos por dos millones de pesos para ejercer en la compra de reactivos, mejorar la infraestructura y, que de esa forma, empiece a producir luego de seis años de abandono.
Al mismo tiempo se buscará realizar las adecuaciones y reforzar lo que hace falta en infraestructura pues hay una creciente demanda de servicios.
La directora Martínez Cuellar reiteró que es prioridad la recuperación de la certificación, con el objeto de que las empresas que lleguen a ingresar sus pruebas, tengan la validez en el resultado de las pruebas y estudios, para que conozcan la calidad del agua.
Explicó que la certificación no está cancelada, pero sí suspendida por cuestiones administrativas al no haber cumplido con algunos requisitos.
POR JOSÉ A. HERNÁNDEZ
MAAZ